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Uffffff...si de verdad, solo de verdad desea saber más...Ya remitiré un test con 140 preguntas, a ver si luego sigues pensando lo mismo...

miércoles, octubre 18, 2006

La prometida



Así se titula el primer capítulo de mi libro favorito. En él empieza la historia de Buttercup y Wesley y, en cierta manera, la historia de mi vida. No sabía muy bien cómo llamar a este blog (hay cosas que no necesitan nombre, y otras que quedan definidas por este;hay nombres que te marcan, de ahí la importancia de elegir bien), y espero que ese "Bienvenido", en género masculino, no haga sentir al público femenino una exclusión que no es tal. Es como un felpudo, ¿vale? Un cartel de "no sé cuantas leguas a Florín"...eso, y que no sé cambiar el nombre. Ea, ya lo he dicho, ¿contentos?

La estética, el ambiente, la temática de los post...Espero que todo sea acorde a ese nombre, a ese espíritu, a esa esencia encerrada en una sola palabra. Y es que es mágica: Florín. Solo pensar en ella me transporta a mi infancia, a las primeras e inocentes veces (las 10 o 12 primeras) que veía la película (después libro, banda sonora y ya puestos pieza clave de mi construcción personal), en somnolientas tardes de otoño, en Telemadrid. Seguro que os acordais... Enganchados a la trama y a un tazón de chocolate, esas tardes de domingo volaban, y no te importaba tanto ir al colegio al día siguiente.No sé, algo de esa magia quiero llevar a vuestras vidas, a los pocos (pero selectos) que leereis este blog. Una magia que quiero que sea esquiva, por eso aún no me atrevo a extender la nueva de este alumbramiento; nada de links, ni de referencias, solo invitación, un viaje-búsqueda del tesoro (para que al final solo os den una estúpida camiseta). Pues este, como mi espacio en el MSN (ya casi en el olvido, pero creo una ajustada tarjeta de presentación virtual para los que por allí campan), pretende ser algo íntimo, una manera de encontrar viveza, sentimientos en esta vida que no es justa (Alteza). Cualquiera, y sobre todo yo, que os diga lo contrario pretende engañaros. Pero bueno, ¿por qué no dejarnos engañar un poco? Que alguien me engañe, por favor. Un beso, de los más dulces y apasionados, y hasta pronto, espero. Ah, sí...Y bienvenido.